Ocho tendencias tecnológicas a seguir en 2018
El tsunami digital que amenaza con asolar a las empresas que pasen de subirse a la ola de la transformación lo tendrán muy crudo para sobrevivir
El progreso tecnológico va a un ritmo endiablado. En la cabeza suelen distanciarse las grandes firmas del sector. En el pelotón de caza se disputan una escapada, pero de un año a otro son pocas las novedades que se detectan. El tsunami digital que amenaza con asolar a las empresas que pasen de subirse a la ola de la transformación lo tendrán muy crudo para sobrevivir.
Así que en plena marejada se pueden pescar algunas tendencias que bien vale la pena seguir. Las que más cobran impacto desde hace un tiempo y que cobrarán mayor relevancia a partir del año que viene se centran, en su base, en apretar el gatillo de los modelos de Inteligencia Artificial, el apoyo sin pretensiones de la robótica, el comienzo de la explosión de la era bautizada como «Internet de las Cosas» o el pedaleo constante de servicios «blockchain».
Inteligencia artificial para tomar decisiones
Que la inteligencia artificial juega un papel importante en la industria ya lo sabíamos. Que los modelos de «aprendizaje automático» o «machine learning» han evolucionado rápidamente, también. Como también sabemos que aún le queda mucho camino por recorrer. De ahí que las empresas deberán basar parte de su negocio en esta tecnología. Deberán explotarla para lograr obtener resultados empresariales óptimos.
La creación de sistemas que aprendan, se adapten y potencialmente actúen de manera autónoma será un gran campo de batalla para los fabricantes de tecnología al menos en 2020,. La capacidad de usarla para mejorar la toma de decisiones, reinventar modelos de negocio y ecosistemas, será el pan de cada día hasta 2025, cuando se consolide. «Las técnicas de Inteligencia Artificial están evolucionando rápidamente y las organizaciones tendrán que invertir significativamente en mejorar sus habilidades, sus procesos industriales y lograr herramientas de cara a explotar con éxito esta tecnología», estima Cearley.
Aplicaciones y análisis inteligentes
En los próximos años, destaca el estudio, prácticamente todas las aplicaciones, aplicaciones y servicios incorporarán algún nivel de Inteligencia Artificial. Algunas de estas herramientas empresariales serán, por ejemplo, aplicaciones inteligentes que no podrían existir un sistema de aprendizaje automático. Este tipo de servicios crearán una nueva capa intermedia entre personas y sistemas gracias a su potencial de transformar la naturaleza del trabajo tradicional.
«Explorar aplicaciones inteligentes como una forma de aumentar la actividad humana y no simplemente como una camino para reemplazar a los empleados», destaca el analista. En su opinión, el poder de una analítica inteligente será, además, un área de gran crecimiento y que permitirá automatizar algunos procesos como la recopilación de datos o el intercambio de ideas. El reto será, por tanto, utilizar la Inteligencia Artificial para agregar «valor empresarial».
«Internet de las Cosas» como vehículo del cambio
La era de la hiperconectividad no ha hecho más que empezar. Con el impulso que tomarán las redes 5G, que se encuentran ahora en una fase de desarrollo, se alcanzará esa llamada era del «Internet de las Cosas». El planteamiento es simple; conectar objetos electrónicos para que «hablen» entre sí. Los expertos vaticinan un gran despliegue de modelos empresariales basados en estos objetos inteligentes. Gracias a ellos se podrá, entre otras cosas, interactuar de manera más natural con el entorno, cambiará la relación entre ser humano-máquina y aparecerán negocios basados en otras tecnologías como el uso de drones o el coche autónomo.
Todo ello se traducirá, a juicio de los analistas, en una eficiencia energética y un negocio más sostenible. Servicios de transporte y desplazamientos serán los principales beneficiados. «En la actualidad, el uso de vehículos autónomos en entornos controlados es un área de rápido crecimiento.Es probable que veamos ejemplos de coches autopilotados en algunos tramos de carreteras en 2022, pero su uso general todavía requerirá a una persona en el asiento del conductor en caso de que la tecnología falle de manera inesperada», sostiene Cearley.